El sector de la construcción es quien tiene menor número de Sistemas de Gestión Ambiental y es uno de los que genera mayor cantidad de residuos. El problema no radica en los residuos generados, sino en la mala gestión de estos y aunque desde 2008 existe el Real Decreto 105 que regula la producción y gestión de residuos de construcción y demolición, y son muchas las grandes constructoras y pymes que se acogen a éste, el incremento de residuos aumenta y se vuelven imprescindibles las buenas prácticas espontáneas, y previas a generar residuos, en pro de un desarrollo más sostenible.
Según la ley, los diferentes responsables deben generar un Estudio y un Plan de gestión de residuos. Quien sea el productor o promotor de estas construcciones se encargará del Estudio, deberá hacer un inventario de residuos peligrosos, y contar con una acreditación que certifique la entrega de los recursos a instalaciones especializadas en reciclado. El constructor realizará el Plan de Gestión de residuos, el cual debe entregar a un gestor especializado en el tema y además se encargará de los costes de la gestión y separación de los residuos en función de su clase y cantidad. Finalmente se necesitará de un gestor que se encargue de reciclar estos residuos.
Esto lo hacen la mayoría de empresas constructoras, tanto grandes como más pequeñas, pero se ha visto que es necesario no solo de ajustarse a la ley, sino también de, generar pequeñas actuaciones previas, lejos de lo obligado, que permitan un mayor respeto al medio ambiente y a su vez a todo nuestro entorno.
Durante las actividades de construcción y demolición estas son las prácticas recomendadas para una mejor gestión posterior de los residuos:
–Elegir productos menos agresivos con el medio ambiente, productos biodegradables y no corrosivos, pinturas con bajo contenido de disolvente, etc. Asimismo almacenarlos correctamente para evitar derrames y filtraciones. Se debe tener en cuenta el tiempo de almacenamiento para no desperdiciar luego material o generar accidentes, para esto es recomendable etiquetarlos con fechas e indicaciones. No se debe olvidar protegerlos además de las condiciones metereológicas.
Para una demolición se deben retirar todos los elementos y residuos no fijos, carpintería,sanitarios,aparatos de calefacción, electricidad y fontanería. Techos falsos, tejados, divisiones interiores y cubiertas.
-A su vez demoler las estructuras de modo controlado,mediante el corte de los distintos elementos
-Es importante disponer de los contenedores de residuos para poderlos seleccionar, y evitar que se mezclen con vegetación o tierra fértil que luego pueda ser utilizada.
-Se debe priorizar en la utilización de materiales reciclados que no reduzcan la calidad de la obra, además de exigir a los proveedores que se hagan cargo de los envases en los que vienen estos.
-Hacer un cálculo adecuado al momento de la preparación de los productos consumibles que vayan a utilizarse y tratar con precaución los productos químicos.
Limpiar los equipos inmediatamente después de su uso, lo cual evitará la necesidad de utilizar disolventes o productos similares además dejar transcurrir el tiempo de secado indicado por el fabricante, evitando utilizar procedimientos artificiales de secado.
Con estas prácticas de gestión durante la construcción o demolición se reducirán los residuos y así será mucho más sencilla la gestión para reutilización, reciclado, valorización, y garantizar que los residuos eliminados reciban un adecuado tratamiento.
Precisamente CoCircular nace con la vocación de ayudar a empresas constructras, promotoras y estudios de arquitectura a lograr el objetivo de reducción de residuos.
¿ Cómo lo hacemos?
Analizamos y estudiamos particularmente cada obra. Primero a través de la información del proyecto y planos, para calcular el cubicaje de residuos por código LER, y cuantificar qué porcentaje de dichos residuos, han de separarse y valorizarse, para cumplir con las directrices de la UE. Posteriormente, con este cálculo, presupuestamos la gestión de los contenedores con las gestoras valorizadoras mapeadas, que cumplen los requisitos de valorización y certificados. Y en este proceso, analizamos la optimización de costes de la partida, con el fin de economizarla.
Durante la ejecución de la obra, realizamos la trazabilidad de cada residuo, tanto en cubicaje como al destino de valorización y coste real, y con esta información, entregamos un informe mensual, para analizar medidas correctoras o confirmar procesos.
Finalmente, una vez terminada la obra, certificamos el porcentaje de valorización final conseguido, y el impacto medio ambiental positivo generado.
El valor que aportamos a nuestros clientes radica en que con nuestra colaboración obtienen soluciones reales y prácticas para cumplir con la normativa y de esta forma evitar sanciones, a la vez que logran una diferenciación y se sitúan en la vanguardia de la economía circular en la construcción. Trabajando juntos podemos hacer de la construcción un sector más sostenible y todo ello sin sufrir un incremento de costes ni necesidad de aumentar la estructura de los equipos.
#Adiosvertederos