La huella medio ambiental que deja la construcción, el consumo de energía, materiales, modificación del medio y hasta la alteración visual es muy elevada. Por otro lado, el incremento de población en el mundo ha aumentado la necesidad de construir y esto a su vez genera mayores impactos en nuestro planeta.
Para intentar reducir al máximo las consecuencias que se pueden generar es importante conocer cuáles son estos impactos, para así pensar en edificaciones más sostenibles.
Algunos de estos efectos son el impacto directo sobre el terreno, la modificación del entorno donde se extraen materiales (se estima que el material necesario para construir un solo metro cuadrado son más de dos toneladas), el consumo de energía durante el proceso de extracción, transporte y colocación, lo que además significa mayor consumo de combustible y a su vez más partículas y gases contaminantes en el aire, y por último la generación de residuos, que deben ser tratados y vertidos de una manera eficaz privilegiando siempre el reciclaje y la reutilización.
Nos centraremos sobre este último impacto, y como la mala gestión de desechos afecta específicamente a los suelos.
Los residuos que se generan en una construcción pueden ser sólidos o líquidos, asociados a actividades como el desmonte, la limpieza,las excavaciones y las demoliciones, esto genera excesiva pérdida de recursos, degradación de la calidad del paisaje y alteración de drenajes naturales, además de elevar los costos finales de construcción al necesitar más mano de obra y transporte.
Casi un 50% de materiales durante la vida útil de una construcción se convierten en escombros y si no son bien gestionados sumando a movimientos de tierra que ocasionan erosión y pérdida de vegetación pueden generar un impacto negativo en el ecosistema muchas veces irreversible.
La ley establece que todo proyecto de construcción debe realizar un estudio y un plan de gestión de residuos, pero además son recomendables algunas prácticas que facilitarán un menor impacto sobre el ecosistema:
En el caso por ejemplo de materiales conglomerados es recomendable no colocarlos lindando con el cerramiento, pues muy posiblemente se esparcirá y generarán suciedad y contaminación de los suelos aledaños, colapso de redes de alcantarillado o riesgo en la circulación de vehículos.
Igualmente, el acopio prolongado de materiales con facilidad de degradación puede desarrollar procesos de corrosión con capacidad contaminante en contacto con el suelo.
Por otro lado, el empleo de piezas prefabricadas, además de reducir los costos de material, mano de obra y transporte, reduce considerablemente el impacto ambiental derivado del material residual y su tratamiento, una vez más sin afectar los terrenos donde se realizan estas actividades.
En este mismo sentido, la incorporación de sistemas de construcción industrializados genera un menor impacto y supone un mayor rendimiento en el ciclo de vida de los materiales El empleo de sistemas «en seco» permite minimizar el tiempo de ejecución, las pérdidas de material en obra y, por lo tanto, disminuir la producción de residuos y contaminantes durante el proceso de construcción.
La implementación de sistemas de construcción industrializada disminuye producción de residuos, además de las exigencias de gestión de los mismos y el consumo de agua, reduciendo el volumen de vertidos, en especial de conglomerados y de sólidos, entre menos residuos haya por gestionar mejor.
Además se recomienda una buena previsión de espacios en la organización de la obra y la correcta formación y concienciación de técnicos y trabajadores para así optimizar la integración de sistemas de mejora ambiental y con ello la disminuir el impacto ambiental producido durante la construcción.